Desde las alturas, Juan observa el paisaje urbano. Sin
prisa, pedalea por el frio asfalto de la ciudad mientras siente que las copas de
los árboles le rozan los hombros. Su vista es privilegiada y su equilibrio
envidiable. Como intentando romper con lo ordinario y lo convencional, la
medida de su bicicleta no es igual a la de los demás; se llama Oniriciclo, está
más cerca del cielo y más distante del suelo. Por eso, solo Juan conoce cómo
subirse y cómo bajarse de esa máquina a pedal. Sumergido en una sensación de
ensueño, sigue andando mientras los techos de los autos pasan y el resto de la
masa ciclera acompaña en un trajinar colectivo por las calles de la capital.
La historia del oniriciclo en Diarios de Bicicleta by diariosdebicicleta
“Pura vida”, así nos saludó Juan Aguirre Taboada desde
Buenos Aires para una de las columnas radiales de Diarios de Bicicleta por FM
RadioActiva. Al principio de la entrevista, nos contó que los oniriciclos o “tall
bike” más altos llegan a los 3 metros de altura. “Es peligroso pero según lo
que uno piense”. En realidad, Juan explicó que se trata de una bicicleta doble, un
cuadro arriba de otro, pero eso basta para llamar la atención y quebrar la
monotonía urbana. ¿Se puede armar un oniriciclo en el patio de mi casa o el
taller del bicicletero? “Infinitamente sí. Es empalmar dos cuadros y estirar
una horquilla, que generalmente usamos un caño de gas”.
La palabra Oniriciclo es mezcla de lo onírico con la bici. “Es
un objeto a reacción poética, porque saca de contexto a las personas, para bien
o para mal después depende de cada uno. Pero cambia el panorama de la ciudad,
por más de que sea Buenos Aires donde podes andar desnudo y nadie te presta
atención”, describió Juan.
Y vaticinó que “algún día va a ser normal, algún día va
haber muchísimos, la gente se va animar y se van a dar cuenta de que es un poco
mas riesgoso pero que genera mucha confianza cuando uno lo hace bien y después
viene el disfrute de esa altura y de esa visual”.
Juan también pertenece a los Delironautas, otra palabra
inventada. Se definen como una caravana de exiliados, una familia de artistas. Estos
conductores delirantes participan de la Masa Crítica porteña desde que comenzó,
hace cuatro años atrás. Montan frase en los oniriciclos y la primera fue, precisamente,
Pura vida. “Es muy distinto a lo que empleamos hoy que cuando te encontrás con
alguien le decís “¿cómo estás? No bien”. “¿Y qué hiciste? No nada”. Hay como
una negación constante en el lenguaje que no me parece agradable, que en definitiva
son mantras que se dicen, que se articulan y llevan una negación. Entonces montamos
mensajes como “hola”, “buen día”, “evítese la bocina al menos que sea necesario””.
El objetivo de los Delironautas es empezar a recorrer Latinoamérica.
Desde Montevideo hasta San Francisco, EEUU. Ninguno es ciclista de profesión,
ni están por cumplir una hazaña deportiva. “Esto es la búsqueda de comprobarnos
primero a nosotros mismos que una idea que nos pareció bella se puede llevar
adelante”. Por eso la convocatoria está abierta en el blog: http://oniriciclos.blogspot.com.ar/
Allí describen al Oniriciclo como “intervenciones urbanas
concretas con sólo transitar las calles y romper los esquemas de lo esperable.
Si un objeto tan familiar como una bicicleta puede asumir una forma tan
novedosa, ¿qué se puede esperar del resto de las formas conocidas, incluso de
las sociales? Así, exploramos el potencial revolucionario de lo absurdo”.
Muchas gracias amigos misioneros!, desde la lejanìa y el telèfono como nexo rodante de palabras, nos encontramos con ustedes, su andar de tierra roja y una llamada que a los Delironautas les propuso pregunta:"Para cuando los Oniriciclos rodando frente a la casa de Quiroga, allì donde en la pendiente frente al rìo y con un bello jardín techado de verde, escribìa rodando. Pura Vida!
ResponderEliminarMe quedó una duda del reportaje, como subis, como te bajas y que haces en el semaforo! Muy buena nota! Saludos, Daniel..
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