Por la calle ayacucho |
Rodeando la plaza San Martín |
A penas partimos ya comenzamos a sentir el apoyo de la gente, del lado derecho, sobre el carril de los colectivos, un automóvil blanco nos acompañó tocando bocina durante un largo trecho. Mientras tanto el resto de los conductores supo aguardar a que la masa transite con un ritmo de parsimonia dominguera. Así continuó el recorrido por las principales calles del centro, Ayacucho, Córdoba, Colón, Santa Fe, Félix de Azara, San Martín, Rivadavia, Bolívar, San Lorenzo y Córdoba nuevamente. Hasta que por una bajadota de la calle córdoba llegamos a la costanera. En el camino se observaron algunas resbaladas de rollers y skaters, pero como dicen algunos, “un tropezón no es caída” y la masa siguió rodando con más fuerza. Un minuto de descanso frente a la ex Estación de Trenes (dicho sea de paso pero no menos importante, uno de los tantos patrimonios destruidos producto del genocidio cultural que ocasionó la instalación de la represa de Yacyretá en aguas del Río Paraná) sirvió para hidratarse y esperar a que la masa vuelva a ser homogénea. En ese momento, el paseo fue visto por los transeúntes en todo su esplendor y detrás de la masa, se armó una larga fila de automovilistas que transitaban lento y sin chistar. En medio de la ruta por el camino costero, un pequeño inconveniente provocó el atraso de un grupete: se soltó la cadena de la bicicleta de una de las participantes. Sin buenos resultados, otras tres personas que estaban pedaleando intentaron ayudarla. Pero gracias al dios ciclero que nunca nos abandona, entre la masa apareció nuestro bicicletero amigo, Héctor, quien rápidamente llegó hasta el lugar de los hechos y reparó la cadena (“qué falta nos hace un taller de ciclomecánica”, pensaba yo). La celebración continuaba, el paseo era aplaudido por algunos transeúntes, otros ciclistas/patinadores se iban sumando en el camino y un skater un poco agitado y transpirado preguntaba “¿falta mucho?”.
Hasta que llegó el “épico final”, como lo definieron muchos. Con un bello atardecer recibiéndonos, culminamos esta fiesta en la costanera posadeña. Agua, bananas y tereré fueron los aliados para reactivar las energías corporales. Allí con aplausos, abrazos y algunos gritos de satisfacción, la masa logró su cometido. Habitantes de Posadas que se movilizan diariamente en medios de transportes ecológicos se juntaron, se reconocieron, fueron parte de una movida, ocuparon las calles y se convirtieron en los dueños de la ciudad. También fue una masa internacional!! Puerto Rico, Colombia y España tuvieron sus representantes cicleros/as.
Risas cómplices entre amigos y desconocidos, charlas de bici en bici, compañerismo, solidaridad, emoción… todo eso formó parte del recorrido que duró cerca de una hora. Los vehículos no motorizados se hicieron presentes, con el compromiso y el entusiasmo de repetir esta experiencia todos los primeros domingos de cada mes. Así Posadas se suma a las cientos de ciudades que celebran el uso de la bici en el espacio urbano. Con el corazón pleno y satisfecho, podríamos decir que la masa crítica se transformó en “la masa de la alegría”.
Además, compartirmos el video de lo que fue la primera Masa Crítica de Posadas
Realización y edición por Roberto Quintana
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